El litoral gallego no tiene nada que envidiar a la costa
mediterránea, donde te achicharras de calor, los fondeaderos y puertos están
atestados de barcos, los precios disparados, la excesiva salinidad del agua
pica los ojos y aunque su temperatura es agradable en principio, no refresca.
A pesar de que la mar puede ser poderosa, el Atlántico es
noble frente al traicionero Mediterráneo.
En Galicia la tierra es verde y el mar azul, sobre todo en
verano, pudiendo navegar por una costa agreste, donde el viento con frecuencia
sopla fuerte, o dentro de la protección de las rías.
Aún existen multitud de fondeaderos paradisíacos en los que puedes estar solo, encontrar puertos pesqueros donde cobijarse, pero también buenas marinas a precios más que razonables. Lo mismo que si bajas a tierra y te gusta el buen comer y el buen beber.
Aún existen multitud de fondeaderos paradisíacos en los que puedes estar solo, encontrar puertos pesqueros donde cobijarse, pero también buenas marinas a precios más que razonables. Lo mismo que si bajas a tierra y te gusta el buen comer y el buen beber.
En definitiva un paraíso para el navegante, como una vez más
vamos comprobando en nuestra navegación estival hacia el sur a lo largo de la
costa galaica. Empezando por la Ría de Ortigueira, pasando por las de Cedeira,
Ares, Laxe, Camariñas, Muros y Arousa.
Aquí el fresco viento del nordeste trae el buen tiempo y es
perfecto para bajar cómodamente y a
buena marcha, con condiciones ideales en el resguardo de las rías. En cualquier caso, con el nordeste, la mar se calma notablemente al sur de Cabo Fisterra, que actúa como un gran espigón.
Eso sí, la navegación exige un mínimo de pericia marinera debido
a las corrientes, mareas y numerosos bajíos rocosos.
En este sentido considero especialmente interesante la zona
de los estrechos de Aguiño, que suponen un considerable atajo para entrar en la
Ría de Arousa desde el norte, cuya complejidad, en mi opinión, sólo es superada
por la intrincada costa de la Bretaña francesa, con sus fuertes corrientes y
gran amplitud de mareas.
Pero si uno no quiere complicarse también se puede bordear
la Isla de Sálvora por el sur y remontar
hacia el interior de la Ría de Arousa, una de las más bonitas y grandes de
Galicia.
Después de haber recalado en los puertos de Camariñas y
Muros, hemos hecho parada en el de Pobra do Caramiñal, pero aún continuaremos
bajando más al sur, hasta la Ría de Baiona creo. Después habrá que aguardar a
las buenas condiciones para volver a subir hacia las Rías Altas.
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