miércoles, 26 de diciembre de 2012

OTRA NAVIDAD, OTRO AÑO NUEVO

*"SENTIDIÑO": Concepto en peligro de extinción que significa "Con cabeza"

Una felicitación que no está dedicada a los representantes del Estado (que no de las personas), ni a los que aspiran a serlo (representantes o Estado). Tampoco a los representantes de la banca, ni al resto de ladrones, vampiros, idiotas, consumistas compulsivos o gente de mal vivir que demuestran día a día no tener sentidiño ninguno...
Para todos los demás, mis mejores deseos de amor y mar...

martes, 18 de diciembre de 2012

NAVEGACIÓN FUERTE

Mientras los navegantes de la Vendee Globe navegan por el Gran Sur, entre los Océanos Indico y Pacífico, en las latitudes de los cuarenta rugientes, o más al sur, es cuando sus máquinas se desvocan a velocidades de vértigo entre una mar desordenada, también cuando navegantes y material sufren más.
Emociones fuertes que, prolongadas en el tiempo, se convierten en estresantes.
Imaginémonos en la piel, por ejemplo de Jean Le Cam, cuando nos cuenta su gran clavada de la pasada noche:

Esta noche, mientras Jean Le Cam volaba a más de 20 nudos con una mar formada uy vientos de más de 40 nudos, su barco SynerCiel ha hecho una “clavada magistral”. “Una frenada en seco” que el patrón explica desde su litera, donde se repone de sus emociones.
“Espera, me meto en mi cama de hospital (risas. N. de la R.: mi litera). ¡He hecho la clavada de mi vida! Frenada en seco cuando iba a más de 20 nudos. La mar es arbolada, arbolada de verdad con mar de leva de más de 6 metros y el viento soplaba a 40 / 45 nudos. ¡SynerCiel ha bajado una ola vertiginosa y se ha quedado clavado abajo! ¡Un poco como si te empotras con tu coche contra un bloque de mantequilla a toda velocidad! Me he pegado con toda la fuerza contra el mamparo del gato de la quilla. He salido despedido con el asiento de la mesa de cartas, que se ha arrancado”.
Más miedo que daño
“El personaje está bien y el barco, también. No me he roto nada, pero tengo la rodilla, la mano, la espalda y la cara con unos cuantos cardenales y me he dado un golpe de padre y señor mío en la cabeza. O sea que me estoy en mi cama para rehacerme un poco y reponerme de las emociones que he pasado. Había hecho clavadas, ¡pero ninguna como esta! Visto desde el exterior, creo que los timones debían de estar fuera del agua. Afortunadamente, con el satélite (N. de la R.: distribución interior del barco) no hay nada suelto en el barco. Todo está guardado y amarrado, y nada ha salido disparado, ¡excepto yo y mi silla!

Cada vez mejor
“La depresión se va por el norte y la mar de leva y el viento empiezan a bajar. Ahora tengo más de 30 nudos de viento. Esos dos últimos días no han sido precisamente divertidos, o sea que cualquier mejora, por pequeña que sea, se agradece mucho. Estoy contento porque he consolidado mi ventaja sobre Mike y ahora podré escaparme hacia la próxima puerta”.


Emocionante también ver cómo navega el barco de Bernard Stamm. Si la adrenalina sirviese para cargar las baterías, ellos irían sobrados...
Pensad que en algún momento tendrá que ir a la proa para arriar ese gennaker de viento... ¡¡¡Glupss!!!

Bernard Stamm : « On a failli avoir un vrac en... por VendeeGlobeTV

domingo, 18 de noviembre de 2012

VELEROS VERSUS PESQUEROS

Grande es la mar océana, y sin embargo cada vez es más frecuente que dos barcos se encuentren en el espacio y en el tiempo, especialmente entre veleros y pesqueros, como estamos viendo en esta edición de la Vendée Globe. Dos casos en cinco días (Groupe Bel y Bureau Vallée) y casi un tercero, en el que Macif anduvo cerca.

Pero no son casos aislados de esta Vendée.  En la pasada edición, tres semanas antes de la salida, mientras el Hugo Boss esperaba la marea para entrar al puerto de Les Sables d´Olonne, un pesquero se lo llevó por delante. El golpe debió ser morrocotudo, a la vista de los desperfectos del barco, pero afortunadamente nadie salió lesionado.

O el caso de la edición de 2010 de la transatlántica en solitario Route du Rhum, en que la regatista Monlouis Christine a bordo del “Un Munde, tout en Bleu Vert” colisionaba con un pesquero y desarbolaba, si bien ella salió ilesa.

Y varios casos más.
Pero numerosos altercados se dan también en nuestras costas todos los años entre veleros de recreo y pesqueros.

El tema de la navegación oceánica en solitario siempre ha traído cierta polémica, en cuanto a que contraviene la regla 5 del RIPA, según la cual todos los buques deberán mantener en todo momento una eficaz vigilancia visual y auditiva, utilizando asimismo todos los medios disponibles que sean apropiados a las circunstancias y condiciones del momento, para evaluar plenamente la situación y el riesgo de abordaje.

No obstante, a su favor hay que decir que los barcos contra los que colisionaron navegaban con tripulación e iban equipados con los mismos medios o más y sin embargo tampoco pudieron evitar la colisión.

En el caso de Groupe Bel, Kito de Pavant reconocía que en el momento del abordaje iba durmiendo, pero ni la alarma del radar le avisó, ni la del AIS, pues el pesquero, al parecer, lo llevaba desconectado, lo mismo que en el caso del Bureau Vallée.

Hace pensar que a veces a los pesqueros no les interesa ser localizados cuando se encuentran en sus caladeros, y en el caso de Groupe Bel el abordaje se produjo en el dispositivo de separación de tráfico de Peniche, donde los pesqueros no pueden faenar.

Según contaba Kito de Pavant:
Las probabilidades de chocar contra un barco son super raras. Toda la noche nos hemos cruzado con muchos barcos cargueros. Nuestro sistema AIS funciona muy bien cuando los barcos están a 10 millas, la alarma suena, y eso me permite gestionar, cambiar la ruta del barco en caso de riesgo de colisión.
El problema es que no puede detectar a los que no disponen del sistema. Y es una trampa porque no hay el medio de poderlos avistar. Me acosté en el peor momento, pero aunque hubiera estado frente a la pantalla, en la hora que miras el tiempo, tampoco lo habría visto. Bastan 5 minutos.
No hubo llamada a la VHF. Creo que en el barco tampoco estaban vigilantes, estarían trabajando o durmiendo. En el momento del choque, me desperté de golpe, con un sobresalto. Oí a los tíos gritar pero ya era tarde. Subí al puente para impedir que el mástil se cayera. Por lo menos se salvó, pero bueno, tampoco sirvió de mucho.”

Louis Burton declaraba:
« Estoy bien, la emoción del choque ha disminuido y me dirijo a Les Sables d’Olonne. De hecho, había ido a buscar un frente y aún quedaban un par de horas con 30-35 nudos. Había muy mala visibilidad y mala mar. Tenía conectados el radar y el AIS. Estaba bajo la capota del roof e iba a unos 20 nudos cuando he escuchado un golpe detrás. He girado la cabeza y he visto a un pesquero de tamaño medio. Inmediatamente he cogido la linterna con un poco de pánico para ver si había algo en el casco y no había nada. Después he levantado la cabeza y he visto que había golpes en el obenque. He virado inmediatamente. Primero me he puesto amurado a estribor haciendo rumbo a Lisboa, para acercarme a tierra lo más rápidamente posible. Después he hecho fotos al amanecer para dar a mi equipo de tierra alguna indicación sobre el nivel del choque en el obenque. »

Mientras François Gabart a bordo de Macif nos contaba la pasada noche:
« Insólito encuentro en la noche.
Un velero ‘Kairos’ aparece en el AIS. ¿Bilou, estás por aquí? ¿Te vas de crucero por el Caribe? (N. de la R.: la empresa de Roland Jourdain se llama Kairos). Hace rumbo perpendicular al Macif a 6 nudos y llevamos en rumbo de colisión. Al principio pienso que es un barco de crucero que puede venir a ver nuestros bellos barcos. Intento llamarlo por VHF. Nada. No hay respuesta. Pasan 5-10-15 minutos. Tras varias llamadas, nada; y siempre estamos con aquello de que “una vez paso delante, la siguiente paso detrás”. Al final cojo la caña a mano los últimos dos minutos para estar seguro de pasar. Paso a 100 metros. Luz en las velas. Me parece que le ha dado un ataque de pánico. Ha orzado a lo bestia, preguntándose seguramente qué era esa luz roja que ha pasado a toda velocidad por su proa. Señor Kairos, el AIS es maravilloso, pero hay que mantener la guardia en el canal 16…
Unas horas más tarde, se reproduce la situación, pero con dos barcos con rumbos y velocidades más o menos parecidas. Es el Poujoulat y hablamos por VHF.»

AIS es la abreviatura de Automatic Identification System (Sistema de Identificación Automática, según sus siglas en inglés). Se trata de un sistema de posicionamiento de barco a barco que permite conocer la identidad de cada embarcación, su ruta y su velocidad. El AIS está acoplado a la VHF, así como a los instrumentos de a bordo. Permite a los navegantes de la Vendée Globe localizar los otros barcos que están en la zona y evitar el riesgo de colisiones. Pero para ello es necesario que los otros barcos hayan activado su AIS.
Por otra parte, se puede programar un sistema de alarma de manera que se advierta al patrón en caso de peligro de colisión.

De todas formas el problema es preocupante básicamente mientras se navega entre rutas de tráfico. Es una de las pesadillas de los navegantes solitarios.
Pronto los participantes de la Vendée navegarán más tranquilos fuera de rutas mercantes y pesqueras, al menos por un tiempo, pues no tardarán tampoco en lacanzar el gran sur, donde les espera otra pesadilla peor. Los Iceberg  y sobre todo los Growler. 
Lo peor será que cuando estén allí, la unica ayuda que pueden esperar, en caso de colisión grave, será la que pueda venir de sus compañeros más cercanos.

viernes, 16 de noviembre de 2012

VENDÉE GLOBE. YA VAN 4 BAJAS


Muchas novedades nos encontramos cada día en esta edición de la Vendée Globe.
Esta pasada noche el Savéol de Samantha Davies desarbolaba cuando se encontraba a unas 130 millas al NW de Madeira, navegando con 35-40 nudos de viento y una mar de fondo del NW de 3 ó 4 m.
Sam acababa de reparar el bloqueador de la driza de mayor apenas el día anterior.
En el momento de la rotura del mástil estaba a punto de salir a cubierta para meter el tercer rizo a la mayor cuando escuchó el ruido de la caída del palo.
Dadas las condiciones de la mar y a oscuras decidió meterse dentro a esperar, pero de madrugada, ante la posibilidad de que el aparejo le abriese una vía de agua, cortó todo y se deshizo de él.
Ella se encuentra a salvo y se dirige a motor hacia Madeira.
Una lástima. Con ella perdemos la sonrisa de la Vendée.

Por otro lado, Louis Burton, el más joven skipper de la flota, a bordo del Bureau Vallée, chocaba contra un pesquero en la mañana del pasado miércoles, mientras navegaba a 18-20 nudos de velocidad con 32 nudos de viento, dañándole el obenque de babor. Tras el accidente declaró: 

« Estoy bien, la emoción del choque ha disminuido y me dirijo a Les Sables d’Olonne. De hecho, había ido a buscar un frente y aún quedaban un par de horas con 30-35 nudos. Había muy mala visibilidad y mala mar. Tenía conectados el radar y el AIS. Estaba bajo la capota del roof e iba a unos 20 nudos cuando he escuchado un golpe detrás. He girado la cabeza y he visto a un pesquero de tamaño medio. Inmediatamente he cogido la linterna con un poco de pánico para ver si había algo en el casco y no había nada. Después he levantado la cabeza y he visto que había golpes en el obenque. He virado inmediatamente. Primero me he puesto amurado a estribor haciendo rumbo a Lisboa, para acercarme a tierra lo más rápidamente posible. Después he hecho fotos al amanecer para dar a mi equipo de tierra alguna indicación sobre el nivel del choque en el obenque. »

Como el reglamento de regata permite volver a reparar a Les Sables d´Olonne hasta 10 días después de la salida, Burton trató de retornar contra reloj, sólo amurado a estribor, con intención de cambiar el obenque, pero finalmente la meteorología no ayudó y esta mañana recaló en La Coruña, abandonando toda opción de volver a la regata. Lástima, pero su pundonor le obligó a intentarlo.

Poco antes también Kito de Pavant  con su Groupe Bel, había colisionado con otro pesquero, sufriendo grandes daños en su barco, lo que le obligó a dirigirse a Cascáis, abandonando también la regata.

Y ya a las pocas horas de regata Safran, de Marc Guillemot, rompía su quilla y por tanto fue el primero en retirarse de la regata.
Safran ya ha sido sacado del agua en su base de Bretaña para reparar.

Otros patrones han tenido problemas con sus barcos, pero subsanables sobre la marcha. Entre ellos Bubi Sansó, que rompió el carro del puño de driza de mayor, lo que le obligó a dirigirse hacia las Islas Canarias, sólo con la trinqueta, buscando menos mar para poder subirse al mástil a recuperar la driza. Llegó esta tarde al socaire de la isla de Tenerife y supongo que pronto podrá seguir hacia el sur con todo a tope.

Por lo tanto, por ahora, quedan 16 navegantes en regata, mientras en la cabeza de la flota Armel Le Cléac´h con Banque Populaire ha desbancado a François Gabart de la primera posición y Bernard Stamm le pisa los talones, sin olvidar que Vincent Riou les aprieta de cerca.

En todo caso, todos los participantes se alegran (al margen  de la general tristeza por los abandonos de sus compañeros) de dejar atrás la borrasca y sobre todo la incómoda mar, congratulándose de poder reponer fuerzas con la notable mejoría de las condiciones, después de un duro inicio de regata.
Decepciones, alegrías y competición, pero afortunadamente todos los navegantes están fisicamente bien.

Sam Davies après son démâtage/ after her... por VendeeGlobeTV

martes, 13 de noviembre de 2012

VENDÉE GLOBE. RESTA Y SIGUE…

El primero en tener problemas de esta edición de la Vendée Globe fue Bertrand de Broc, que minutos antes de la salida sufrió el abordaje de una embarcación de su propio equipo que le produjo un agujero en la amura de su “Votre Nom Autour du Monde”, por lo que volvió a puerto a reparar, pues aunque no era un gran daño, no quería dirigirse hacia el gran sur con puntos débiles en su barco.
Tras la reparación volvió a zarpar con la siguiente marea, navegando con un retraso de más de doscientas millas respecto al resto de la flota, sin poder coger el mismo régimen de vientos que disfrutaron los de cabeza, pero quedan muchas millas y días por delante.

El segundo incidente lo sufrió el “Safran” de Marc Guillemot, que a las pocas horas de regata, mientras navegaba entre los puestos de cabeza, algo golpeó contra su quilla rompiéndola y obligándole a volver.
El “Safran” entró en el puerto de Les Sables d’Olonne algo más de una hora después de que, a la 1h45 el “Votre Nom Autour du Monde avec EDM Projets” soltara amarras y se reincorporara a la regata, pero para Guillemot acabaría ahí la regata.
Foto de François Van Malleghem/DPPI

En la mañana de ayer lunes el “Groupe Bel” de Kito de Pavant colisionaba contra un arrastrero que le produjo serios daños en la proa y costado de babor, aunque milagrosamente no desarboló y pudo dirigirse a Cascáis, terminando así con su participación en esta edición. El desafortunado Kito también tuvo que abandonar en la anterior edición por rotura del mástil. Normal que esté desolado.

Les images de Groupe Bel après l'accident por VendeeGlobeTV

Mientras tanto la flota ya empieza a efectuar sus primeros movimientos tácticos al paso de la Península Ibérica, siendo Vincent Riou con “PRB” el primero en sacrificar el rumbo sur para dirigirse hacia el oeste en busca de una borrasca que se está formando en el Atlántico.
Foto de Jean Marie Liot
La maniobra deberá darle réditos dentro de un día o dos, pero antes deberá cruzar una dorsal anticiclónica con muy poco viento. La experiencia y buen hacer de Riou es una garantía de acierto en esta opción que otros barcos de la flota no han tardado en adoptar, entre ellos Bubi Sansó que ahora se encuetra justo detrás del barco de Riou.
Foto de Jesús Renedo
Por el sur François Gabart sigue en cabeza corriendo con más viento, pero se le acabará, y por tanto también ha trasluchado para dirigirse más al oeste y dejar las Islas Madeira por babor.
Foto de Jean Marie Liot
Por otro lado Sam Davies, que saludaba al paso por Cabo Fisterra como si de Hornos se tratase, ha tenido un problema con el bloqueador de driza de mayor, lo que le obligará a arriar la vela mayor para repararlo, motivo por el que la noche anterior aprovechó para dormir más (seis veces 40 minutos) para estar en forma para una larga jornada de trabajo.

Aún es el tercer día de regata y ya son 18 los que continúan en regata, de los 20 que salieron de Les Sables d´Olonne.

domingo, 11 de noviembre de 2012

PASO DE LA VENDÉE GLOBE POR GALICIA

Hoy domingo nos acercamos al Cabo Prior para ver pasar a la flota de la Vendée.

Por el parte de posiciones de esta mañana calculé que los primeros barcos pasarían a unas 6 – 8 millas del Cabo a eso del mediodía y, ¡bingo!, así fue.
Entre claros y chubascos, con mar de cinco metros y viento que oscilaba entre 25 y 30 nudos, fueron apareciendo, lejanos, pero con los prismáticos se les distinguía bien.

Con un viento aún algo cerrado, navegaban con toda la mayor y génova, seguro que aguardando a dar los spis en cuanto arribasen al paso de las Islas Sisargas, rumbo a Cabo Fisterra.
En primera posición pasó el MACIF de François Gabart, que se precipitó en la salida y tuvo que dar la vuelta para retomarla, para rápidamente colocarse a la cabeza de la flota. Este chico va a dar que hablar.
En segundo lugar avistamos las velas naranjas del  PRB  de Vincent Riou. Más atrás venían Armel Le Cléac´h con BANQUE POPULAIRE, lejos en el horizonte, seguido de Bernard Stamm a bordo de su CHIMENÉES POUJOULAT que destacaba bien con sus  colores amarillo y negro. También contrastaban las velas negras del HUGO BOSS con el gafe de Alex Thomson, y al que más claramente se apreció fue a Jean-Pierre Dick con su azul VIRBAC PAPREC.
Bubi Sansó y su ACCIONA van en 11ª posición, tras una buena salida, parece que el patrón español le va tomando el pulso a su máquina y supongo que poco a poco cogiendo la rutina de la regata.
Pero el verdadero espectáculo estuvo en el juego de luces y colores, entre chubascos y sol con que la costa gallega recibió a la flota de la Vendée Globe.

¡Suerte pues y buena travesía alrededor del mundo para estos 19 navegantes (uno ya ha tenido que retirarse) durante los próximos tres meses!

Samamtha Davies en su SAVÉOL

viernes, 9 de noviembre de 2012

COMIENZA UNA NUEVA EDICIÓN DE LA VENDÉE GLOBE

Este sábado 10 de noviembre tomarán la salida desde Sables d´Olonne los 20 participantes en la séptima edición de la más grande regata en solitario alrededor del mundo, sin escalas ni ayuda externa.
Entre ellos tenemos un representante español, Javier “Bubi” Sansó, que se presenta con un proyecto interesante a bordo del “Acciona 100% Ecopowered”, un barco nuevo y revolucionario, por ser energéticamente no dependiente de combustibles fósiles, totalmente autosuficiente, y parece un diseño rápido.
Sansó tiene experiencia, participó en la edición del 2000 con el viejo “Old Spice”, pero abandonó por rotura de los timones. Un 4º puesto en la Barcelona World Race junto a Pachi Rivero a bordo del “Mutua Madrileña” y tres Transat Jacques Vabre entre otras.
Sin embargo el nivel de los participantes de esta edición está muy alto, resultando más fácil decir quien de los grandes monstruos de la Vendée no está que al revés.
Algunos como Michel Desjoyeaux o Sebastien Josse se han pasado la los trimaranes de la clase Mod70, pero tampoco estarán nombres como Loïck Peiron, Roland Jourdan, Dee Caffari, Catherine Chabaud o Raphael Dinelli, por decir los que me vienen a la memoria ahora.
Por el contrario hay un grupo de nuevos participantes, alguno con muchas posibilidades a pesar de su juventud, con un buen proyecto, como François Gabart con su “Macif”.
Así que, con 14 ó 15 skippers con posibilidades de podio, “Bubi” lo tiene difícil.
Atrás queda una de las fases más duras de esta regata, la consolidación de un buen proyecto, la búsqueda de patrocinadores, la construcción o adaptación de un barco, la puesta a punto y entrenamientos, junto a infinitos detalles más que los patrones y equipos han tenido que afrontar para llegar a estar en la línea de salida.
Por delante unas 25.000 millas y aproximadamente tres meses de rociones constantes, velocidades de vértigo, agua helada, calor o frío extremo, encalmadas desesperantes, averías y roturas, sueño y una exigencia física y mental difícil de gestionar… en fin, La Vendée Globe.

viernes, 2 de noviembre de 2012

QUIEN SIEMBRA VIENTOS COSECHARÁ TEMPESTADES


El Protocolo de Kioto sobre el cambio climático es un protocolo de la  Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y un acuerdo internacional que tiene por objetivo reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global, en un porcentaje aproximado de al menos un 5%, dentro del periodo que va desde el año 2008 al 2012, en comparación a las emisiones al año 1990. Por ejemplo, si las emisiones de estos gases en el año 1990 alcanzaban el 100%, para el año 2012 deberán de haberse reducido como mínimo al 95%.

El protocolo fue inicialmente adoptado el 11 de diciembre de 1997 en Kioto, Japón pero no entró en vigor hasta el 16 de febrero de 2005. En noviembre de 2009, eran 187 estados los que ratificaron el protocolo.
Estados Unidos, mayor emisor de gases de invernadero mundial, no ha ratificado el protocolo.
Estados Unidos, con apenas el 4% de la población mundial, consume alrededor del 25% de la energía fósil y es el mayor emisor de gases contaminantes del mundo.

Las delegaciones que participaron en la Conferencia de desarrollo sostenible de Naciones Unidas, RIO+20, alcanzaron un acuerdo de mínimos sobre el borrador de conclusiones titulado "El futuro que queremos" que tendría que ser aprobado por los más de 100 jefes de Estado y de Gobierno que asistieron a la cumbre  en la que hubo importantes ausencias como Barak Obama, Ángela Merkel o David Cameron.

Las organizaciones ecologistas y ambientales calificaron el texto de "decepcionante" o de "fracaso colosal". "Una madrugada de negociaciones para que los diplomáticos acaben decepcionando al mundo. Deberían sentir vergüenza de su incapacidad para alcanzar un acuerdo en un asunto tan crucial", declaró Jim Leape, director general de la ONG ecologista WWF.

Más tarde la Cumbre de Durban aprobó extender el Protocolo de Kioto, pero sin EEUU, China o India.

Inundaciones, sequías y un alarmante aumento del nivel del mar son las consecuencias de un calentamiento causado por siglo y medio de industrialización, que según los científicos será irremediable sin un acuerdo global en Copenhague para reducir los gases de efecto invernadero.
Las perspectivas se cumplieron y la cita en Copenhague no ha servido para lograr un tratado vinculante, debido a la falta de un claro compromiso entre naciones industrializadas y emergentes sobre topes en las emisiones y sobre cómo asumir los costes, en plena crisis económica.
Ahora el devastador huracán Sandy ha alcanzado las inusuales latitudes de la Costa Este norteamericana, con una cifra de muertos que se eleva ya a 98 sólo en Estados Unidos, 48 de ellas en Nueva York, 168 en todo el continente americano, amén de millones de dólares en pérdidas materiales.

Lo dicho, quien siembra vientos recogerá tempestades y no hay peor ciego que el que no quiere ver…

lunes, 22 de octubre de 2012

TRAVESÍA DE OTOÑO

El tiempo era apacible cuando llegamos al Algarve portugués y allí, en Lagos, nos esperaba el Proteína, después de su accidentada travesía desde Canarias vía Madeira, en la que uno de sus tripulantes se rompió las costillas.

Ahora éramos tres los que lo llevaríamos hasta Sada, el armador Manuel, su inseparable compañero de navegación Lito y yo.
El parte meteorológico para los siguientes cuatro días nos pronosticaba viento suave del norte, noroeste hasta poco después de doblar Cabo San Vicente que se iría convirtiendo en brisa débil, o nula, del noroeste o variable hasta aproximadamente Cabo Espichel, al sur de Lisboa. A partir de ahí, teóricamente tendríamos viento moderado de componente oeste durante unas horas, que iría rolando al norte a la vez que arreciando hasta los 20 nudos, pero que no obstante sería menos intenso más cerca de tierra y con el paso del tiempo, hacia el norte, ya en aguas gallegas.
Con esa predicción debíamos darnos cierta prisa para que los vientos y mar de proa nos alcanzara lo más al norte posible.
Como no llegamos a tiempo a la última apertura del puente que cierra la salida de la Marina de Lagos, tendríamos que esperar  a la mañana siguiente.
Amaneció un día despejado y tranquilo, y  poco después de la primera apertura del puente descendíamos el río hacia el mar, más o menos a la hora que llegan los pesqueros de faenar.

Con mayor y trinqueta arriba ceñimos a rumbo directo a Punta Sagres que no tardamos en tener tanto avante por estribor (J), mientras aparecía Cabo San Vicente por detrás. En cuanto doblamos este último empezaba la remontada de latitud.

Mar en calma, reposo de aves y recreo de delfines.

Nos ayudábamos del motor, pues el día fue muy tranquilo, aunque al atardecer fue aumentando la brisa.

La temperatura era agradable, de hecho durante esa noche no hizo falta aún el abrigo de la ropa de aguas, pero se agradeció una cena caliente.
Nos distribuimos en tres guardias, a partir de las 23:00 h (HRB, en este caso hora oficial de España), de tres horas cada uno y rotaríamos el orden durante las tres noches que esperábamos pasar en la mar.
Esa noche yo haría la primera guardia, Manuel la media y Lito la última.

Se notan ya las noches más largas del otoño, el ocaso llega pronto y el crepúsculo tarda en aparecer.
Me encontraba en cubierta preparando todo para la guardia, bajando la intensidad de luces de los instrumentos, led frontal en la cabeza, linterna a mano, ordenando la bañera y adujando escotas, cuando empiezo a sentir una ligera escora, me fijo y el viento real había aumentado a 12 nudos, abierto por la amura de babor. Desplegué el génova y en principio bajé las revoluciones del motor.
Mientras ajustaba velas, el viento aún arreció 4 ó 5 nudos más. Rápidamente apagué el motor, ajusté unos grados a barlovento la derrota en el GPS y el rumbo en el piloto automático, para compensar el abatimiento. Un último retoque al velamen, carro de escota de mayor a sotavento para optimizar la escora y bajo a apagar la luz de tope de navegación a motor. Por fin.
 
La mar estaba prácticamente llana, el viento se estabilizó en 15 nudos y el Proteína navegaba a 6,5 – 7 nudos a un descuartelar, rumbo a Cabo da Roca.
Noche oscura sin luna, pero apretada de estrellas.
Música en los oídos y, con esas condiciones, se te va la pelota a viajar por el espacio y a disfrutar el momento… Nada de personajillos miserables ni penurias en la cabeza. En esos momentos el mundo se vuelve amable y justo.

Apenas hubo tráfico durante mi guardia y el encanto sólo se rompió unos instantes, durante el parte de avisos a los navegantes, donde entre otras cosas, avisaban de zonas de prácticas militares de tiro, alguna al norte de nuestra posición.
Las condiciones se mantuvieron inusualmente estables durante toda mi guardia y rápidamente llegó la hora de avisar a Manuel para la media. A pesar de lo agradable de la navegación en esos momentos, había que dormir. 
Por desgracia creo que esas condiciones sólo aguantaron estables una hora más.

Lo bueno de este sistema de guardias es que, salvo el de la media, se duermen al menos seis horas del tirón, por lo que volví a cubierta, ya amanecido y con Cabo da Roca por la popa.
Esa mañana se mantuvo algo el viento, que poco a poco fue rolando al NW.

La mar permaneció en buen estado y el cielo alternó los grandes claros de la mañana con chubascos que llegaron al medio día al paso entre la Berlenga grande y Cabo Carvoeiro, justo al terminar de comer unas patatas a la riojana, especialidad de Lito. Encapotándose durante la tarde.

Continuamos haciendo buenas millas sin novedades y de nuevo llegó la noche.
El viento finalmente se fue al norte, como esperábamos, arreciando y por tanto aumentando la mar, por lo que nos obligó a caer unos grados  a estribor del rumbo debido.
En esta ocasión yo hacía la media, de 02:00h a 05:00h, durante la cual aún tuve que caer algunos grados más a estribor, lo que nos acercaba un poco más hacia tierra en la zona en que esta se encontraba más lejos. Algo que teníamos previsto y que supuestamente nos interesaba, en busca de menos viento y mar de proa. No obstante los pantocazos cada vez eran más frecuentes y más fuertes. Arriamos la trinqueta y continuamos con motor y media mayor.
Al alba, ya durante la tercera guardia, subí a cubierta debido a una bajada de las revoluciones del motor que me despertó, pero no era nada importante, sólo el cruce por la proa con otro barco con el que Manuel no lo tenía claro. Aproveché para un pis y no pude dejar de hacerle una foto a la uña de luna menguante que posaba junto a Venus.
Cuando subí de nuevo a cubierta por la mañana teníamos Povoa de Varzim por la proa y navegábamos escoltados por delfines.
El armador había estado haciendo números y se quedaba más tranquilo si entrábamos en Povoa a repostar unos litros de gas oil. No nos desviaba demasiado de la derrota y continuaríamos una vez hubiéramos repostado.
Mientras tanto la mayor, que llevábamos izada hasta algo más de la segunda cruceta, se rompió por la parte alta de la baluma, lo que nos obligó durante el resto de la travesía a navegar con ella un poco más recogida, justo hasta la altura de la segunda cruceta.
Arribamos a los pantalanes del Clube Naval de Povoa de Varzim, pero a pesar de que las guías náuticas digan que tienen surtidor de combustible, no es cierto. Tuvimos pues que entrar en la rada del puerto pesquero y abarloarnos a un barco de pesca a la espera de que abrieran el surtidor, pues el encargado de la mañana estaba de vacaciones y el siguiente turno no empezaba hasta las 13:00h (hora portuguesa).
Decidimos echarle unos litros que teníamos en bidones y el armador fue a rellenarlos de nuevo, en un taxi, a una gasolinera cercana. En cuanto los vaciamos en el depósito volvimos a zarpar.
Fuera del espigón seguía el norte y la mar, que aunque sin llegar a ser del todo incómoda, resultaba cansina.
Nos abrimos de la costa hasta librar un gran generador eólico que los portugueses tienen frente a su costa, entre Povoa y Viana do Castelo, y remontamos lo que quedaba de costa portuguesa bien pegados a tierra, lo que supuso también una constante gymkana entre un bosque de aparejos de pesca.
Navegar con viento y mar de proa siempre resulta tedioso y a estas alturas de temporada los tres teníamos cansancio acumulado.
En estos casos, cuando toca remontar, siempre se mira con cierta envidia a los veleros que te cruzas viento en popa. En esta travesía, además, era constante, pues es la época en la que muchos veleros del norte de Europa bajan para dirigirse al Mediterráneo, o en su mayoría hacia Las Canarias para cruzar, en noviembre o diciembre, al otro lado. Gran parte de ellos formando la flota de la ARC.
Veleros con tripulación o de solitarios bajaban hacia el sur, lejos en horizonte o bien pegados a nosotros, a los que se les veía bien equipados.

Atentos a oír el primer parte meteorológico español (mucho más completos y frecuentes que los de nuestros vecinos), que nos vendría a decir que según fuésemos subiendo hacia el norte por la costa gallega, la mar y el viento irían amainando y rolando al NW primero, al W y SW más tarde, incluso en algún momento variable.
Animados por navegar ya en aguas españolas, había que aprovechar ese hueco para llegar, pues detrás venían vientos de hasta fuerza 6 y sobre todo mar gruesa, que de alcanzarnos harían el final de la travesía algo más duro.

La tercera noche cayó al estar tanto avante (al través) con Cabo Silleiro y aunque el viento había amainado sensiblemente, la mar nos hacía dar, aún, pantanazos importantes, por lo que a pesar de las ganas de llegar, aminoramos un poco la marcha al principio de la noche, con intención de suavizar y reducir los pantocazos, pero el rumbo era ya directo hacia Cabo Fisterra.

La temperatura era más fresca y esa noche cenamos, la pasta preparada por el chef Manuel, en la mesa del salón y en dos turnos.
Al ser ya la madrugada del sábado, no encontramos apenas tráfico de pesqueros por la costa gallega, lo cual es muy de agradecer.

A la altura de Las Islas Cíes, que quedaron por estribor, me fui a dormir, quedando en cubierta Manuel, pues esa noche me tocaría la última guardia.
Durante el sueño fui sintiendo una paulatina disminución del cabeceo del barco y en un momento, el silencio del motor. Una ligera escora hacia estribor y mi subconsciente notó que ya había rolado al oeste y que navegábamos a vela, seguramente a un descuartelar.
Entonces el sueño bajó aún un escalón más en la escala de la inconsciencia. Tanto, que a Lito le costó un poco despertarme para mi guardia.

El viento y la mar habían desaparecido por completo. Por la proa la luz del faro de Fisterra, a unas cuatro millas. Realmente íbamos rápido y a rumbo directo, eso sí, de nuevo a motor pero con mar llana.
Luces de dos o tres barcos alrededor y todo tranquilo.

Navegar por esta zona era  ya como estar en casa. Dejar atrás Cabo Fisterra y La Nave, luego Touriñán, donde la mar volvió a crecer un poco y antes de alcanzar Cabo Vilán empezó a amanecer.
Las distintas tonalidades que iba tomando el cielo merecen una entrada a parte. Recortándose sobre el fondo rojizo, el perfil del Faro de Vilán nos hacía guiños a nuestro paso hasta que el sol se alzó sobre Muxía.

Entretenidos con los veleros con los que seguíamos cruzándonos y el espectáculo de las rompientes en todos los bajos, con sus melenas al viento, producidas por la pronunciada mar de fondo, alcanzamos Punta Nariga.
Con todo el génova desplegado y la mayor hasta donde podíamos, enfilamos hacia el Canal de Sisargas y más adelante, una vez sobrepasado este, también la trinqueta contribuyó a  empujar al barco a buena velocidad hacia la Torre de Hércules y la Ría de Ares.
Cuando pasamos por delante de La Coruña empezamos a arranchar el barco y nuestras cosas para que antes de amarrar en Sada todo estuviese en perfecto orden de revista y listos para desembarcar.
Se notaba que había ganas de llegar y a las 15:30 h del sábado doblábamos la punta del espigón del Puerto de Sada, 76 horas y 460 millas después de haber zarpado de Lagos.
Y así,  dejamos pues al Proteína descansando en su amarre tras tres meses de ausencia.