Coger un buen planeo navegando a vela, con viento fuerte y mar formada es un subidón de adrenalina difícil de igualar.
Dejar que el barco orce ligeramente, casi imperceptiblemente, lo suficiente para que el timón haga cierta fuerza hacia sotavento, y cuando se siente que la ola empieza a levantar la popa hacer algo más de presión al timón para arribar y poner la popa a la ola. Entonces mover bruscamente el timón de una banda a la otra para aplanar el barco, romper la ola y empezar el acelerón con el barco estabilizado.
Una vez que hemos cogido el planeo y el barco se ha lanzado casi podríamos soltar el timón pues el barco corre como sobre raíles, los bigotes de espuma se levantan a ambos lados de las amuras, la adrenalina se dispara y ya sólo es cuestión de jugar ligeramente con el timón para mantener el máximo tiempo el planeo…
Una sensación que merece la pena experimentar. Pero hay que tener cuidado, pues es peligroso pasarse y que el barco se vaya de orzada o arribada (peor), perdiendo el control del barco y al atravesarse a la ola, el viento y la velocidad es cuando puede llegar a volcar.
También puede ocurrir lo del siguiente video, lo que aquí llamamos un “Pincho Carneiro” ;-)
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