domingo, 22 de enero de 2012

VOR. UN MAR DE DESPROPÓSITOS

Sin desmerecer un ápice la actuación y trabajo de las tripulaciones de esta edición de la Volvo Ocean Race, en lo que concierne a la organización de la regata me está pareciendo un cúmulo de despropósitos. No tanto por mal organizada como por mal planteada.
No dudo de la dureza de la prueba que está desarrollándose actualmente, pero con la elección de etapas y recorrido creo que dista, en ese sentido, de la tradicional ruta que deja los cabos Buena Esperanza, Leeuwin y Hornos por babor.
Se da la contradicción, al elegir como puertos de destino Abu Dhabi y Sanya en Emiratos Árabes Unidos y Republica Popular China respectivamente, que han tenido que tomar un montón de medidas de seguridad por el hecho de tener que navegar por la zona de alto riesgo de piratas al Este de la costa africana, partiendo las etapas 2ª y 3ª para llevar a los participantes a bordo de mercantes armados durante una importante parte del trayecto, en pos de la seguridad.
Sin embargo no sólo es un riesgo para los barcos, con tanta carga y descarga de los mercantes, amén de un trabajo extra para tripulaciones y equipos de tierra, sin tener en cuenta el coste, sino que les obliga a navegar por dos de las zonas de mayor tráfico marítimo, de petroleros, mercantes, pesqueros (muchos sin luces), artes de pesca y demás, como son las proximidades del Golfo Pérsico y Malaysia, siendo esta última, junto a las aguas del Cuerno de África, las de más actividad pirata del planeta.
¿Tanta pasta habrán aflojado Árabes y Chinos para conseguir que la prestigiosa regata recale en sus puertos?
Sin considerar el hecho de que sin la participación de los barcos “Abu Dhabi” y “Sanya” (que se están dando media vuelta al mundo en mercante, sobre todo “Sanya”), la ya exigua flota se hubiese quedado en cuatro. No obstante esto sólo es cuestión de cantidad, en absoluto de calidad.
Por lo de ahora, desde mi punto de vista, la regata está perdiendo interés, con tanta etapa, tanta interrupción, tanta zona furtiva, tanto circo creado alrededor en los village de fin de etapa, que parecen parques de atracciones. Golf, coches de F1, conciertos, aviones, camellos, jeques…


Espero que la VOR no acabe siendo sólo una  regata de radio control…
Siempre nos quedará Cabo de Hornos.