lunes, 29 de septiembre de 2014

DE BAIONA A CASCÁIS

Echaba de menos un poco de navegación nocturna, algo que no hacía desde abril.
Quizá también cambiar de barco y de aires.

Así que esta semana pasada, como en un chiste, un austríaco, un alemán y un gallego  a bordo del “Be Happy”, un Bavaria Vision 42 nuevecito de este año, bajamos desde Baiona hasta Cascáis.

Con la predicción meteorológica bien estudiada optamos, una vez sobrepasado el Lobo de Silleiro, por hacer un rumbo que nos separase de la costa en busca de más viento, aproximadamente 20 grados más abiertos que el rumbo directo, por fuera,  a las Islas Faralhoes, que ya es un rumbo más abierto que el habitual para pasar por dentro de las Islas Berlengas. Además el “Be Happy” no tiene tangón y el génova  es bastante más pequeño que la vela mayor, por lo que entrando el viento más allá de los 150 ó 160º de aparente, la vela de proa queda desventada y como al principio soplaba nordeste nos obligó a ir hacia afuera muy rápidamente, aunque más tarde el viento rolaría hacia el norte.

En teoría, atendiendo a la meteo, cuanto más lejos de la costa haría más viento y nosotros deberíamos mantenernos en la franja de los 20 nudos, pero a una velocidad de 8 – 10 nudos pronto alcanzamos la franja de los 25 y casi de los 30 nudos de viento, con su mar proporcional.

Tras un atardecer en el que las olas parecían jugar con el sol y antes del anochecer, navegando ya por fuera de la plataforma continental, trasluchamos, ahora para buscar condiciones más tranquilas de viento y mar durante las guardias nocturnas,  a un rumbo que nos acercaba a tierra.


Durante un rato hubo que ir gobernando a la mano para que el barco no se fuese de orzada con cada ola que entraba un poco atravesada. Pronto mejoraron las condiciones y el piloto, “Gar”, pudo hacerse de nuevo con el control del barco.
Nos dividimos en dos guardias de 1 y “2” tripulantes respectivamente, de tres horas de duración, de 23:00h a 02:00h, de 02:00h a 05:00h,  de 05:00h a 08:00h y de 08:00h a 11:00h.
Hice las impares y la primera se me pasó volando, con buen viento, delfines, música y a la altura de Oporto bastante tráfico de mercantes, pesqueros y algún velero que me mantuvieron  entretenido entre  prismáticos, el AIS y el RADAR. En cambio, la tercera guardia, con todo mucho más tranquilo, se me hizo más larga.

De madrugada volvimos a trasluchar y por la mañana el viento, cada vez más suave, volvió al NE y una nueva trasluchada nos permitió hacer rumbo sur.

No tardamos en ver el perfil de las Faralhóes recortado entre la bruma sobre el horizonte, pasando muy cerca de las Berlengas por dentro, a un rumbo que nos llevaba hacia Cabo da Roca, que alcanzamos a última hora de la tarde. 

Sabía de la existencia en la Berlenga grande de una fortaleza que es una Pousada, pero la proximidad nos permitió descubrir además un pequeño pueblecito en la isla.
Esa tarde el viento volvió a aumentar un poco yéndose unos grados al oeste, permitiéndonos izar el gennaker, hasta que con un nuevo role, esta vez hacia el este, trasluchamos de nuevo y fuimos cerrando el rumbo hacia Cabo da Roca y Cabo Raso, última punta antes de adentrarnos en la bahía que forma la desembocadura del Tajo, mientras los últimos rayos de sol se reflejaban ya sólo en la parte alta de las velas.

La aproximación a Cascáis la hicimos ya de noche, entrando en la Marina de Cascáis a eso de las ocho y media (HRB). Ya en el amarre celebramos con una cerveza en la bañera y tras una ducha rápida y tonificante nos fuimos al pueblo, justo para cenar.
Una travesía rápida y confortable que nos llevó unas 31 horas de navegación para hacer 235 millas reales.

Al día siguiente Eddy quedaba en el barco y a las seis de la mañana, Leo y yo emprendíamos el periplo de vuelta por tierra. Primero un taxi hasta Lisboa. Desde allí un autocar hasta Oporto donde cogimos otro que nos llevaría hasta Vigo. De nuevo en taxi hasta Baiona, para recoger el coche de Leo en el que me llevó hasta Sada, donde yo tenía el mío y media hora más tarde llegaba a casa, cansado pero contento, tras unas catorce horas de viaje que me parecieron más pesadas que la travesía en sí.
Allí queda pues el “Be Happy”, descansando hasta que más adelante, muy posiblemente, siga su camino hacia el cálido sur.

Thanks to Eddy and Leo, has been a very pleasant voyage.

2 comentarios:

  1. Preciosas fotos y por lo que se ve y comentas una travesía de las que hacen afición
    Un abrazo y sigue disfrutando
    j

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    Respuestas
    1. Gracias JJ.
      Efectivamente una travesía de las que hacen recuperar la afición.
      Otro abrazo para ti.

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