lunes, 8 de septiembre de 2014

PUÑETERO GENERADOR

El grupo electrógeno de a bordo, un Cummins Onan  de 9,5 kw, se encuentra dentro de su caja protectora e insonorizada, la cual a su vez se encuentra en el interior del cuarto de máquinas tras el motor principal. Esto está bien para la insonorización durante el funcionamiento, no obstante hace realmente difícil el acceso a todos sus componentes en caso de avería.
En este caso falló el sistema de refrigeración, que  al detectarlo,  el equipo  se apaga. Es un sistema mixto (interno externo) en el que el circuito de líquido refrigerante y su nivel aparentemente estaban correctamente, por lo que me hizo pensar en que se había roto la hélice del impulsor de agua de mar (algo bastante frecuente).
Desmontar el impulsor tuvo sus dificultades, porque aunque se ve a simple vista al abrir una de las tapas laterales de la caja, el acceso a sus tornillos es dificultoso aún desmontando algunas piezas que obstaculizan el uso de herramientas, a lo que hay que sumar el mal estado de esos tornillos y la incómoda postura que hay que adoptar para trabajar en él.
Afortunadamente a bordo había una hélice del impulsor de repuesto (una vieja que se sustituyó tras una revisión pero que se guardó porque estaba en buen estado). Aún así la operación me llevó en torno a seis horas.
Al volver a ponerlo en funcionamiento, tras la expulsión del primer chorro y como sospechaba, dejó de echar agua por el escape. Sin duda debido a que los pequeños trozos de las palas de la hélice rota habían obturado el circuito.
El único sitio para quitar esos trozos de goma es el cilindro del intercambiador de calor que tiene dos tapas registrables en sus extremos. Lo más lógico era que se encontrasen del lado en que entra al intercambiador el agua salada procedente del impulsor.
Para ello hubo que quitar el tubo de entrada de agua salada en el intercambiador, el filtro del aceite y quitar los tornillos que sujetan otra de las tapas laterales de la caja del generador.
Una vez accesible fue cuestión de abrir el registro y quitar con unas pinzas los pequeños trozos.

Volver a cerrar, colocar de nuevo el filtro de aceite y el tubo de entrada del circuito, así como los dos paneles de cierre del generador.

Un nuevo intento de encendido y, otra vez, tras el primer chorro de agua por el escape, volvió a dejar de salir… ¡Joderrr!
Lo que queda es intentar abrir la tapa trasera de la caja del generador, para lo cual hay que previamente desmontar el tubo de salida de gases del motor principal. Aún así queda poquísimo espacio de maniobra y menos para llegar a la parte baja donde se encuentra el otro registro del intercambiador  y ver si ahí aún queda algún resto que obture el circuito.
Lo malo es que comprobando todos los elementos del sistema había una pieza de cobre, el sensor de caudal del circuito, que estaba carcomida y acabó por romperse, así que habrá que esperar a recibir la pieza y ya de paso otra pala del impulsor de repuesto.

De todas formas, para el tipo de navegación que hace este barco, no necesita para nada el generador, nada más que para algunas chorradas, y para eso quizá le llegaría con un inversor de corriente.

Con lo que queda claro que cuanto más sofisticado y cuantas más cosas inútiles lleve un barco, más posibilidades hay de averías y menos espacio para repararlas.

En este barco en concreto, desde mi punto de vista, le sobran la lavadora, la lavavajillas, el extractor, el microondas, la cafetera Nespresso, el aire acondicionado y calefacción, la potabilizadora y si me apuro hasta la televisión y el DVD. Casi nada de esto es necesario para navegar. 

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