miércoles, 1 de febrero de 2012

VERGÜEZA MARINERA

Al igual que “Cagancho” representaba a la “vergüenza torera”, Francesco Schettino representará a partir de ahora a la “vergüenza marinera”.
Ante la incredulidad de lo evidente, he esperado unos días para opinar tras el trágico suceso del hundimiento del “Costa Concordia” junto a la Isla de Giglio, pero cuanto más se sabe de los acontecimientos,  más sentido tiene decir que el capitán ha actuado como un presunto macarra imprudente, incompetente,  mentiroso y cobarde, pese a la incertidumbre que aún reina sobre el tema y sus causas.
Macarra imprudente por presumir de gobernar un buque de esas características como si se tratase de un Ferrari, haciendo una temeraria pasada junto a la costa para saludar a un colega, como tratando de impresionar a la moldava de 25 años que al parecer le acompañaba.
Incompetente por el nefasto resultado de la maniobra realizada por el capitán y su papel en la evacuación del navío, amén de la fatídica hora que tardó en dar la orden de abandono del barco.
Mentiroso, ya que al parecer en un primer momento achacó el accidente a una ausencia de las piedras, que causaron la grieta de 70 m en el costado de babor, en las cartas de navegación (algo comprobable en menos de dos minutos).
También por la pobre excusa con la que justificaba su prematuro abandono de la embarcación, alegando que cayó del barco justo sobre un bote salvavidas, junto a su segundo y su tercer oficial (y seguramente junto a la chica moldava), con su ordenador bajo el brazo, además de sus objetos personales.
Cobarde, precisamente por “darse el bote” antes de completar la evacuación de los más de cuatro mil pasajeros y tripulantes, para desaparecer del escenario e irse a su casa.
El resultado ya lo estamos viendo, 17 muertos, 15 desaparecidos, algunos heridos, un montón de gente con un susto de muerte, un buque casi nuevo echado a perder y millones de euros tirados al mar, sin nombrar las consecuencias por contaminación que seguramente producirá y el desprestigio que supondrá para todo un gremio profesional y el sector de los cruceros marítimos.
Me llamó la atención ver posteriormente en un programa de televisión a dos profesionales de Marina Mercante intentando “defender” la actuación del susodicho capitán ante el abandono prematuro del buque, alegando que ninguna ley especifica que el capitán deba ser el último en abandonar la nave. Pero aunque así fuera, él es el responsable de coordinar dicha evacuación, más cuando todo apunta a que el hundimiento fue debido a su imprudencia, aunque sólo sea por vergüenza marinera.
En fin, creo que a Schettino no lo salvará de la condena ni el abogado de Camps.

2 comentarios:

  1. Tienes toda la razón y ni la prudencia más extrema puede silenciar lo evidente, verguenza nos hace sentir a todos los marinos este personaje y su injustificable actitud. Ya me gustaria que el que le puso al mando de esa nave asuma igualmente su responsabilidad pero estoy convencido que sabia que clase de tipo es y aún asi le dieron ese puesto por encima de profesionales mucho mejores que él.

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  2. Sí Kico, todo apunta al mal hacer de Schettino, aunque seguramente habrá más responsables. Supongo que habrá que esperar largo tiempo antes de saber todo lo que pasó, si es que se llega a saber, pero hoy por hoy tiene tantas cosas encima y tan graves, que me sorprendería mucho que finalmente resultara ser un capitán competente y que el accidente hubiese sido inevitable y por causas ajenas a él...¿?

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