Un archipiélago del Océano Índico y la isla de Agalega, en Mauricio, deben su nombre a un aventurero gallego.
El archipiélago de Cargados Carajos tiene un topónimo difícil. Pero así bautizó estas islas el gallego Xoán de Novoa, cuando las descubrió, en el año 1501.
Situadas en el océano Índico, y hoy pertenecientes a la República de Mauricio, podrían ser el enclave más exótico del mundo con nombre gallego.
En esta clasificación compiten con otra isla, también perteneciente al grupo de las Mascareñas, y que lleva por nombre el propio de Galicia. Se trata de Agalega. Y también fue bautizada por Xoán de Novoa, a quien los portugueses, bajo cuya bandera participó en las Descobertas, apodaban Joâo Galego.
El archipiélago de Cargados Carajos está compuesto por 16 islas, situadas frente a Mauricio y Madagascar. Las habitan casi un ciento de nativos, cuyo gentilicio no queremos imaginar. Los ingleses, más finos que Xoán de Novoa, las llaman Rocas de San Brandón (Saint Brandon Rocks).
Tienen cincuenta kilómetros de largo por tan solo cinco de ancho.
Agalega está integrada por dos islas, menos extensas que Cargados Carajos, pero más desarrolladas, ya que los ingleses fundaron en ellas varios asentamientos a comienzos del siglo XIX. Las usaban como puertos clandestinos del tráfico negrero. Como curiosidad, su capital se llama Vingt-Cinq Village, en honor a los 25 latigazos que recibían los esclavos rebeldes.
Hoy, los trescientos agalegos cuentan incluso con una pequeña pista de aterrizaje y las islas han sido abiertas al turismo. No es un destino popular, pero es posible contratar un viaje a Agalega con varios touroperadores.
Además, esta isla, al igual que Cargados Carajos, es bien conocida por los marineros gallegos que faenan en la flota atunera del Índico.
El mérito de los nombres gallegos de estos lejanos enclaves corresponde a al ourensano Xoán de Novoa. Nacido en el castillo de Maceda en 1460, huyó de Galicia con la revuelta de los Irmandiños. Mientras el resto de su familia se asentaba en Pontevedra y Zamora, él optó por dirigirse a Portugal, donde se naturalizó y adaptó de tal forma que el rey luso Manuel I decidió nombrarlo Alcaide Menor de Lisboa.
Era su época la de las grandes Descobertas portuguesas. Antes de que Colón partiese hacia el Oeste y llegase a América, los lusos ya exploraban toda la costa africana, fundando asentamientos. Y llegaban a las islas de las Especias (hoy las Molucas) atravesando el océano Índico. Así que Xoán de Novoa decidió enrolarse en estas aventuras, capitaneando una flota.
A Novoa se le atribuye el descubrimiento de las islas de Ascensión y de Santa Elena, la misma en la que vivió sus últimos días Napoleón Bonaparte. En el Índico descubrió Agalega y Cargados Carajos.
No en vano se suele decir que hay un gallego hasta en la luna.
Es posible que para que el navegante del Team Vestas viese este pequeño y bajo archipiélago tuviese que hacer zoom en el plotter. Para Xoán de Novoa ni siquiera venían en sus cartas de navegación...
Información sacada del artículo de Eduardo Rolland en La Voz de Vigo (agosto 2013)
Los Gallegos estamos hasta en la luna.... o mejor dicho,en la media luna del Banco Cargados CARAJO.... Muy buen post.
ResponderEliminarPD: gracias por tus comentarios
Es cierto ;-)
EliminarGracias a ti también, Thornado