Desde que comenzó el invierno Galicia ha venido siendo
azotada por una profunda borrasca tras otra, con vientos del orden de 140 km/h
y olas de más de ocho metros. Pero ayer se registraron olas de casi 13 metros
en la boya de Villano-Sisargas.
Dentro de la Ría de Ares, hasta la bocana del Puerto de Sada, había olas con
rompientes como no había visto en mi vida.
Aún dentro de la protección de los
espigones se producían grandes remolinos y corrientes con una mar turbia y
agitada como si de un río se tratase. Los barcos y los pantalanes flotantes pegaban bruscas
sacudidas haciendo sufrir amarras, cornamusas y gateras.
En el Puerto de Ares, algunos pantalanes y barcos sufrieron
serios desperfectos.
Más afuera, en la boca de la Ría, inmensas olas rompían con
fiereza, y en las playas exteriores de Ferrol auténticas murallas de mar se
desplomaban una tras otra en un espectáculo impresionante. Como dije, nunca
había visto una mar tan tremenda.
Es sabido que con una fotografía uno no se puede hacer idea
de la altura de las olas, pero pongo aquí alguna imágen de la playa de Doniños.
En el mismo momento, un par de playas más al norte, una ola
se llevaba a tres miembros de una familia que vertía al mar, junto al faro de
Punta Frouxeira, las cenizas de un familiar. De los cuales, esta madrugada, sólo
se ha recuperado el cuerpo de uno de ellos.
El espectáculo que ofrecía la mar embravecida, atrajo a gran
número de personas a la costa. Una lucha salvaje entre la mar y la tierra que
contemplábamos como hormiguitas boquiabiertas. ¡IMPRESIONANTE!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si eres una persona de bien, deja aquí tu comentario