Que no barcos casa.
Una solución bastante extendida en las islas del norte por
pescadores y cribeiros para hacer cobertizos, incluso casas, es reutilizar los
cascos de viejos botes o barcos como cubierta, es decir, como tejado.
Donde las cerchas son cuadernas y los forros de tingladillo
conforman los faldones del tejado.
Aunque también pueden utilizarse al revés.
Su uso viene de lejos en lugares con pocos medios, ya que lo
que se pide a un tejado es su impermeabilización, lo mismo que a los cascos de
los barcos, por qué no reciclar los viejos botes para cubrir los cobertizos o
cabañas.
Utilizado como refugio de emergencia por los expedicionarios
de Shackleton en Isla Elefante.
Ya aparecía un ejemplo en la bonita película escocesa de los
ochenta “Local Hero”(aquí titulada “Un tipo genial”).
Solución también que inspiró a grandes arquitectos como
Enric Miralles para los lucernarios de la cubierta del Parlamento de Edimburgo.
Buenos y simpáticos ejemplos, paradigma del “reciclaje”,
que le brindan una segunda vida útil a los viejos botes, si no volviendo a
surcar las aguas, mejor que dejarlos morir en solitarios cementerios de barcos.
Una chulada estas casas, para poder disfrutar de una estancia diferente y para auténticos enamorados de la mar, un sitio único para vivir sin duda alguna!!
ResponderEliminarAsí es. En los tiempos que corren es bueno agudizar el ingenio, y esta es sin duda una solución original y chula.
EliminarGracias por dejar un comentario a esta entrada. Saludos.