viernes, 1 de febrero de 2013

COSTA DE ENERO

Estamos teniendo un invierno muy activo, meteorológicamente hablando. El tren de borrascas de Terranova no para de enviarnos un temporal tras otro sin apenas respiro, unas veces por olas, otras por viento o por lluvias, sino las tres a la vez, lo que hace difícil encontrar ventanas meteorológicas que permitan navegar fuera del abrigo de las rías.
Pendiente siempre de la meteo parecía que por fin esta semana habría un hueco para subir con un 47 pies desde Sanxenxo hasta Sada. Al principio la previsión indicaba que este pasado fin de semana sería el menos malo, después cambió para el medio de la semana y a última hora, el propio viernes, volvió a cambiar para el fin de semana. Así que a pesar del asqueroso día que hizo el viernes, haciendo un acto de fe, decidí zarpar el sábado y avisé a los tripulantes.
Primero al incondicional Bruno, siempre dispuesto, que ya me ha acompañado en otras travesías. Luego al amigo Mera, ex radiotelegrafista de la mercante, ex farero, ex “contador de nubes”, ex granjero, navegante, albañil y artista entre otras muchas facetas (un hombre del Renacimiento ;-), pero sobre todo buena persona.
El plan era ir ya la noche del viernes a Sanxenxo para salir el sábado por la mañana y navegar hasta Muxía , pues esa noche entraría un nuevo frente con viento fuerte y lluvia. El domingo por la mañana ya habría pasado ese frente y seguiríamos navegando hasta Sada.
El parte meteorológico anunciaba para el sábado vientos de entre 10 a 15 nudos del Sur para las aguas costeras de Pontevedra, sin lluvia, que iría arreciando hasta los 20 - 25 nudos del SW en la zona de Fisterra, llegando a los 30 – 35 al final en la zona de Muxía, con muchas probabilidades de chubascos fuertes. Para el domingo por la mañana se anunciaban lluvias débiles y viento del SW de 18 – 20 nudos hasta la zona de Sisargas, que iría rolando al Oeste y posiblemente arreciando a 25 nudos al final, con apertura de claros a partir de mediodía. También para ese día había alerta naranja por olas de hasta 6 metros, producida por una fuerte depresión en el Atlántico Norte que avanzaba rápidamente hacia el Este, pero que irían llegando al final de la tarde.
En fin, una apetitosa travesía por la Costa da Morte, en invierno y en su salsa, aunque moderadamente.
Así las cosas nos plantamos en Pontevedra donde nos recogió Mera para llevarnos a su casa y su santa nos preparó una improvisada cena (Gracias, Conchita, estaba todo buenísimo!). Allí se estaba bien a gusto, pero prefería ir conociendo el barco y dormir ya a bordo, así que además, después, nos acercaron al puerto de Sanxenxo.
Por la noche el tiempo aún estaba desagradable, sin embargo amaneció un día estupendo.
Preparamos todo y en cuanto llegó Mera zarpamos.
En el interior de las rías las nubes bajas y los bancos de niebla aún permanecían enganchadas, pero hacia afuera el panorama era magnífico.

Salimos entre las Islas de Ons y Sálvora, pasando con “morriña”por delante de uno de los faros en los que estuvo Mera, y en cuanto libramos los bajos de Corrubedo fuimos poniendo rumbo hacia Finisterre, a orejas de burro con el génova atangonado.


El cielo se había ido cubriendo, apenas se distinguía ya la costa y según íbamos subiendo hacia el norte el viento iba arreciando paulatinamente. El barco es moderadamente pesado y se notaba que tenía la obra viva algo sucia, pero con viento todos los barcos andan bien.

Con mala visibilidad fue apareciendo Cabo Fisterra por la amura de estribor, el cielo se venía oscureciendo por la popa, la mar tornándose plomiza y el viento seguía arreciando, hasta que al dejar atrás Cabo Fisterra nos dispusimos a reducir trapo.

A la altura de Cabo Touriñán mar y viento aún fueron a más. Trasluchamos y desatangonamos, navegando a un largo con rumbo ya hacia la Ría de Camariñas y Muxía, alcanzando algunas puntas de 10 nudos de velocidad.

Mientras oscurecía dejábamos las rompientes del bajo de Las Quebrantas por babor y las rompientes de las piedras de Punta da Barca por estribor, adentrándonos hacia Muxía.
Sólo cuando recogíamos velas para entrar en el puerto de Muxía, ya de noche, empezó a llover, aunque llevaba amenazando toda la tarde.
Nos abarloamos a un pesquero, al socaire de este y de la lonja y aún el viento escoraba el barco. Bajamos a tierra a tomar una cerveza y Mera nos agasajó con una cena. Perfecto, ya podía soplar y llover lo que quisiera, pero cuando volvimos al barco parecía como andar bajo un tren de lavado y de hecho durante toda la noche sopló y llovió lo que quiso, como estaba previsto.

También como se predijo, por la mañana amainó el viento y aligeró mucho la lluvia. Algunas personas en Muxía nos precavieron de la mala mar que había anunciada para el domingo, pero sería a partir de la tarde y, en contra de lo que cabría esperar con lo que sopló por la noche, la mar no estaba excesiva.
Por babor rompían Las Quebrantas y más adelante El Bufardo. Pasamos bajo el faro y cerca de las rocas de Cabo Vilán y después de separarnos de Las Baleas abrimos rumbo hacia las Islas Sisargas.
El día estaba gris, pero navegábamos bien a un largo, con unos 20 nudos de viento.



A medio día dejábamos las Sisargas por estribor y podíamos poner rumbo al Este, hacia nuestro destino.



Por la tarde se fue poniendo más bonito según crecían la mar y el viento de popa, con el cielo oscuro por proa y el sol que se filtraba por algunos claros que nos perseguían, aunque mientras pasábamos frente a la Torre de Hércules nos alcanzó un chubasco de más de 30 nudos y agua intensa que nos obligó a recoger momentáneamente el génova.





Ya en la boca de la Ría de Ares, al través de La Marola, la mar estaba aún movidita, pero se fue calmando según nos adentrábamos en la ría hasta que finalmente, a eso de las 19:30h, llegamos al Puerto de Sada, donde terminó una travesía que trascurrió según lo previsto, es decir, bien.

Gracias Bruno, José Antonio y Concha por todo.

6 comentarios:

  1. Ya veo que la cosa estuvo entretenidilla!!!! este invierno está dando para mucho meteorológicamente hablando, pero no hay nada que a unos aguerridos navegantes como vosotros deje en tierra...y esos diez nudos siempre son estimulantes. Un abrazo y sigue disfrutando de la navegación, también en invierno

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    1. El barco no era un cohete, pero incluso alcanzamos los once nudos el domingo...lo cual está muy bien.:-)
      Disfrutando de la navegación, siempre. En cuanto al invierno...un poco hartitos ya de tanta lluvia y tanto temporal, pero es lo que hay.
      Un abrazo tambien para tí, Isabel.

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  2. Ha sido un honor y un placer navegar con vosotros, hay casta y hay escuela.

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    1. Lo mismo digo, Jose Antonio.
      Cuidate y hasta pronto. Un abrazo.

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  3. Otro Rias Bajas - Sada .... ¿ y vannnnn ????... Buena gente te acompañaba eh ???... un abrazo desde FV.

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    1. Bufff! ni se sabe, Eddy. Pero aún así, cuando está como el pasado fin de semana, esta costa sigue encandilándome.
      Desde luego, la tripu, de primera.
      Envidia me das, estou farto de tanta choiva...
      Un abrazo.

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